martes, 3 de febrero de 2015

8 historias cortas en Lima

1
"Te amo" dijo ella, "Te amo" respondió él. Se dieron un tierno beso, perfecto para acompañar la belleza fugaz del primer Te amo. Él le acomodó la cabellera rubia de manera paternal y se dispuso a cambiarse. Se despidió con un beso suave. Salió del hotel y tomó un taxi rumbo a su casa, esta vez no podía darse el lujo de llegar tarde. Era el cumpleaños de su esposa.

2
Marcó en su libreta el vigésimo palito. La guardó cuidadosamente en la guantera, prendió el taxi y emprendió la marcha. Una chica de unos 17 años lo detuvo, se subió e inició la segunda carrera del día. El taxista no podía evitar ver el tatuaje que su pasajera tenía en el hombro. Rápidamente pensó "veintiuno" mientras acariciaba la navaja que tenía a lado de la palanca de cambios.

3
"Ha sido una larga y fructífera conversación ¿Sabes?" dijo el guardián, el pequeño niño respondió "De nuestras mejores conversaciones diría yo ¿Te veo mañana?" a lo que el guardián dijo "Igual que todas los noches". Se dieron un abrazo y el guardián se dirigió a la puerta de la casa Matusita, mientras los primeros rayos de sol se asomaban. El turno había terminado.

4
La función estaba a punto de terminar. Las luces estaban bajas mientras pasaban las últimas escenas de la película. Él nota a una chica que también está sola. Le susurra "¿Tú también vienes sola al cine?" y ella responde "No es que me encante hacerlo, vengo sola por otro motivo ¿Tú prefieres el cine a solas?" él le comenta "No mucho, te parecerá tonto pero hace 3 semanas vi a una chica linda viendo esta misma película, quise acercarme a hablarle pero la timidez hizo que me demore... ella se fue y nunca pude decirle nada... entonces decidí venir a todas las funciones esperando verla de nuevo... que tonto ¿no?". Él esperaba seguir con la conversación pero solo distinguía los ojos bien abiertos de la chica a su lado. La película terminó. Las luces se prendieron. Ambos se miraron. La búsqueda había terminado.

5
Jimenes disparó con una puntería nunca antes vista en él. Cayó el sospechoso y empezó a mojar la vereda con su propia sangre. Jimenes se acercó a ver el cadáver, con horror se dio cuenta que no era el que buscaba. 
No coincidía ni la cara, ni la edad. Lo que parecía ser un arma era un estuche para lentes. Había asesinado a la persona equivocada. Los refuerzos ya llegaban y Jimenes veía su carrera terminándose de la peor manera... "Solo yo vi al sospechoso y lo confundí con un chiquillo que corría con un estuche en la mano... es el fin". 
Las sirenas sonaban cada vez más cerca, el capitán Jimenes en un último intento grita "Él es, pero lo tuve que neutralizar". Su superior lo miró fijamente y le respondió "Bien hecho Jimenes. Alcanzaste al asesino". Todos celebraron el éxito de Jimenes aquella noche.    

6
No aguantaba más el "Te quiero" atorado en el pecho. No importaba que fueran mejores amigos. Que hicieran tareas juntos. Que sus padres fueran amigos. Ni que jugaran en la misma posición en el equipo del colegio. No aguantaba más pero estaba seguro que el rechazo y un puñetazo serían la respuesta. Da igual. No aguantaba más. Escribió un "Te quiero mucho" y dibujó un corazón en una hoja de cuaderno y se la paso en plena clase de Aritmética.
Carlitos leía inexpresivo el contenido del papelito que Fer le acababa de dar. Fer moría lentamente, se acercó a ver la reacción de su compañero y todo fue tal cual lo imaginó.
Carlitos dejó el salón y Fer se limpiaba las lágrimas, causadas por el golpe que recibió pero sobre todo por el rechazo de su amado. 
Triste por todo lo sucedido abre el papelito que le había sido devuelto y lee "Yo también. Detrás de las escaleras en media hora". 
Los otros alumnos del colegio veían a Fer caminando, jamás habían visto a alguien con un moretón tan grande y una sonrisa tan amplia.

7
En una celda del manicomio discutían un guardia y un paciente. "No hay nada que nos detenga, ya pude enviar los reportes, estas barras de acero no significarán nada cuando vengan los míos. Corre, anda y avisa a tu familia. El final está más cerca que nunca. Nos adueñaremos de todos. Acabaremos con todo lo que tengamos a nuestro paso, te digo que será..." un ruido seco freno los gritos del paciente. El guardia decidió que un macanazo era la mejor manera de callar al loco que no dejaba de hablar. 
Se dio la vuelta para seguir con la ronda de la noche hasta que vio aquel portal de energía abriéndose en medio del pasillo, entraban personas similares al paciente de la celda 110 que rápidamente tomaron control del lugar.

8
Mauro entró al gran salón de conferencias, llevaba puesto el traje italiano que recién había recogido de la tintorería. Dos largas filas llenas de viejos ejecutivos lo miraban con absoluta seriedad mientras él preparaba la presentación. Se disponía a empezar la exposición que podría cambiar su carrera y llevarlo incluso a Wall Street. Pasaba las gráficas y las diapositivas y parecía impresionar a la difícil audiencia. Cuando terminó, todos se pusieron de pie para aplaudir al joven ejecutivo.
El pequeño Mauro se levantó asustado en el medio del jardín de su casa. 
Tenía en la cara una expresión de terror. Carolina, a su lado, le preguntó "¿Estás bien? nos quedamos dormidos después de jugar en los columpios" a lo que el pequeño Mauro respondió "Fue una pesadilla". 

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